Se había enamorado tan ciegamente que poco le importo lo que el otro sentía e ignoró totalmente a la realidad amenazante. Su corazón le pertenecía a él completamente pero, en cambio, el corazón de él ya tenía a su respectivo dueño desde mucho antes de que ella llegara a su vida. Y no fue sino hasta este momento que lo había notado. Entonces la realidad se le vino encima como un balde de agua helada: su propio amor fue quien la traiciono y la dejo totalmente asilada a la horrible revelación Ciega, con la mente y el corazón totalmente cerrado a otra verdad.
Recordaba el día que lo había conocido tan claramente, como si estuviera tatuado en su memoria. Apareció de repente con aquella postura desinteresada, su cabello de un brillante color rojo meciéndose suavemente y aquellos ojos de un cálido color miel. Amor a primera vista, un fuerte dolor en el pecho. Todo a su alrededor se había desvanecido. Tanto así que ignoro completamente a aquel muchacho de largos cabellos rubios y grandes ojos azules que caminaba junto a él. Error. Gran error. Si...toda su vida lamentaría el haberlo ignorado.
Se dice por ahí que no hay nada más peligroso que una adolescente enamorada, puede que sea verdad. Un bello día de septiembre le había declarado sus sentimientos y él, luego de un suspiro que ella no pudo descifrar (tampoco se tomo la molestia de pensarlo demasiado) acepto con una suave sonrisa. ¡Oh, que feliz fue ella ese día! Bendita ella y su ignorancia de niña enamorada.
Pero luego de un tiempo (en donde la euforia paso un poco de lado) comenzó a notarlo. Akasuna no Sasori, con 17 años no la amaba en realidad. A sus 15 años pudo sentirlo, aunque tratando de negarlo lo mejor posible. Tratando de mentirse a ella misma. Pobre corazón herido.
No, su amor no era correspondido porque Sasori amaba en realidad a otra persona y ella con todo el dolor del mundo fue directa, solo una pregunta sencilla para acabar con aquella duda que le hacia doler el pecho. "¿De quien estas enamorado?" Oh si, se había preparado para que el nombre de cualquier chica saliera de los labios de su amado pelirrojo, pero la respuesta que él le dio...definitivamente no se la esperaba.
No valía la pena retenerlo junto a ella, no si él no compartía aquel sentimiento. Ella lo amaba tanto que quería que él fuera feliz...aunque no fuera junto a ella.
Sabía que ahora sufría de esa manera por no haber puesto atención el día en que lo conoció, por no haberle dedicado una cuidadosa mirada al muchacho que aquel día caminaba junto a Sasori.
"Yo amo a Deidara" Sorpresa, enojo con ella misma, resignación. Los vio alejarse juntos con una leve sonrisa y con ojos llorosos.
"Deidara...mas te vale cuidarlo bien, y amarlo como se merece"
